B1. Parco Giardino Sigurtà - Scaliger Castle - 813km

En el tiempo de mi vida terrenal, fui Ludovico II Gonzaga, el segundo marqués de Mantua. Si hoy estoy de nuevo aquí, en estas tierras magníficas donde administré justicia, es porque deseo visitar los lugares que en mi existencia he llamado "hogar". Quiero recordar el período de esplendor y el crepúsculo que han marcado casas poderosísimas como nosotros los Gonzaga y los Della Scala, recordando cuando celosamente guardábamos nuestros dominios... El concepto de justicia fue el supremo valor según el cual nuestra casa existió y según el cual también existí yo. Me encuentro en el parque más hermoso de la península itálica, en los Jardines Sigurtà, desde donde me siento digno de comenzar mi viaje. Surgieron en mi siglo, el '400, cuando el patricio Gerolamo Nicolò Contarini decidió comprar toda esta propiedad que, en aquel momento, tenía una función puramente agrícola. De hecho, se trataba de un "brolo cinto de mura", es decir, un puñado de tierras cultivadas rodeadas por un alto muro. La historia del brolo continuó hasta que, un día, para dar esplendor a su propiedad, el noble Contarini hizo construir una "Domus Magna" solo para él. Este era el estilo de vida de señores como nosotros; no nos faltaba nada. Desde el parque, vi el Castillo Scaligero que, soberbio, se alza sobre Valeggio. Es el primer verdadero testigo que encuentro en este camino hacia atrás en el tiempo, que me habla de intrigas scaligeras. Sobre él pesa una leyenda densa de misterio y sangre; una historia de armas que vio como protagonista al castellano del castillo, Messer Andriolo da Parma, y las tropas scaligeras y carrareses. A principios del '400, un grupo de armigeros llegó al castillo y arrestó a Andriolo, con la infamante acusación de traición. Despojado de todos sus poderes, rota la espada, ícono de la autoridad, el Da Parma fue atado y, en una carreta, transportado a las orillas del Adige, en el Campo de Marte, en Verona. Encadenado a un palo, con un golpe de cuchilla fue brutalmente desmembrado... Desde entonces, entre estos muros, parece que su espíritu atormentado, en cada noche de luna llena, vaga entre las torres en busca de su espada, rota y enterrada en un lugar secreto por los matones del Carrarese.