Dookoła Polski 4 dzień (Komańcza-Wawrzka)

Día 4 Jueves 07.07.2011

Distancia 116 km Tiempo 6h56min Velocidad media 16,7 km/h Velocidad máxima 59,86 km/h

Por la mañana, descansado, bien desayunado y con ropa seca y 'aromática', parto en mi viaje. El inicio de la ruta desde Komańcza fue un sueño. Minuto a minuto hacía más calor, poco tráfico de coches, y las vistas de los Beskid Niski y los Bieszczady que acababa de dejar atrás, espectaculares. Durante el camino, varias iglesias ortodoxas y paradas para fotos; después, subida hacia la carretera en dirección a Krempna, también preciosa. El encantador pueblo de Polany con sus casas históricas. Luego Krempna, con una iglesia que pude visitar también por dentro. Escuché la historia de su construcción y sus turbulentos acontecimientos uniéndome a un grupo que la visitaba. Antes, fui por un tramo de carretera en peor estado que nuestra entrada a casa. Un ascenso difícil y fatigante desde Krempna hacia Nowy Żmigród, especialmente con la temperatura cada vez más alta, pero tras días de lluvia, no podía quejarme. Luego bajada fácil hacia Gorlice por terreno plano o más bien ondulado. Compras en Gorlice y ¡reinflar las ruedas! Subida a una colina empinada en Szymbark. Cuando llegaba a la cima, un estallido en la rueda trasera. Sabía que no iba bien, pero no pensé que fuera tan grave. ¡Pinchazo en el neumático, cámara y llanta dañados! Dejé todo el equipo en una casa junto a ese lugar y fui con la rueda dañada hasta la parada de autobús. No había autobús, pero conseguí hacer autoestop hasta Gorlice. Llegué a la tienda justo antes del cierre. Compré la única rueda nueva que arreglaba más o menos mi bicicleta. El mismo hombre de Ropa que me encontró me llevó de vuelta a la parada. Tras un momento de desaliento, recuperé la fe en el éxito de la aventura gracias a gente como él. Puse la rueda nueva, empaqué las maletas y continué con precaución (que me acompañó varios días más). Tras llegar a Ropa, tomé rutas menos transitadas hacia Krynica. Buscaba un lugar para montar la tienda. Ya de noche, monté la tienda al borde de un prado junto a un arroyo cerca del pueblo Wawrzka. Me bañé en el arroyo, y la oscuridad la iluminaban las luciérnagas que volaban allí. A pesar del cansancio, la primera noche al aire libre fue algo intranquila. Una esterilla no es una cama.