Fietsroute Helden van West Zeeuws-Vlaanderen

A veces el heroísmo surge por casualidad, y eso fue sin duda cierto para Jantje van Sluis. Después de que el príncipe Mauricio conquistara Sluis a los españoles en 1604, ellos intentaron recuperar la ciudad en 1606. Su estrategia consistía en una maniobra de distracción al sur de la ciudad mientras el ataque real estaba planeado para la Puerta Este en el momento en que sonara la campana de la iglesia. Ese mismo día, Jantje van Sluis había visitado la feria y había bebido un poco de más. Como él mismo no pudo dar cuerda a la campana, dejó la tarea a su hijo y a su sobrino. Inexpertos como eran, apretaron demasiado el mecanismo y la campana no sonó. Los españoles, suponiendo que su plan había sido descubierto, desistieron del ataque. Así, Jantje van Sluis se convirtió sin querer en el salvador de la ciudad. Hoy en día, su estatua se encuentra en el Belfort de Sluis, donde toca la campana cada cuarto de hora. Otro punto de referencia notable en Zelanda flamenca es la torre de agua de Oostburg. Con sus 55 metros de altura, se puede ver desde casi cualquier lugar de los alrededores. La torre blanca fue pintada por el artista Johnny Beerens, que pintó enormes gotas de agua que parecen tan realistas que podrían caer en cualquier momento. Aunque la torre ya no contiene agua, sigue siendo un punto destacado en el paisaje. Hoy en día sirve como vivienda y es un motivo popular para fotógrafos y amantes del arte. También Aardenburg sufrió una artimaña española. El enemigo intentó infiltrarse en la ciudad disfrazándose de campesinos con carretas llenas de pólvora. El plan era provocar explosiones en las puertas y abrir la ciudad. Afortunadamente, uno de los españoles disfrazados fue capturado a tiempo y el plan fue descubierto. Los habitantes de Aardenburg actuaron rápidamente y dispararon con sus cañones a las carretas, frustrando el ataque. Hoy en día todavía se pueden ver partes de las antiguas murallas de la ciudad como recuerdo de este turbulento período de la historia.