Châtillon-Coligny, Cepoy

El domingo pasado, en lo profundo de la Nièvre, entre Bourbon-Lancy y Decize, un trayecto horrible de subidas y bajadas, la ola de calor, 25 km a un máximo de 15 km/h – incluso algunas subidas a pie + agotado, me pongo un podcast – será la única vez en el recorrido – sobre la vida de Jean Genet – un detalle que cuenta... Veo a lo lejos en la carretera y acabo adelantando a un hombre, de unos treinta años, sin camiseta, muy bronceado, sin zapatos, con unas chanclas cualquiera, en pantalones cortos con mochila y una bici de montaña básica. Me quito los auriculares, le saludo con contacto visual. Mirada vacía, sin respuesta. OK... Cara bonita, salvaje, perilla, cabello rubio recogido en un moño. Circulo 10 minutos delante de él pensando que me distancio lentamente. Error, el tipo me adelanta en la primera dificultad y se va. Lo mantengo un poco en línea de vista, pero acaba desapareciendo. (En una subida como moras, estoy agotado – pero eso no importa). Olvido al tipo. Hoy, 5 días después, en el Loing, en el camino al girar un puente, bajando, ¡me cruzo con el mismo tipo! ¡EXACTAMENTE IGUAL!!!!!! Mismo pose, misma actitud, misma respuesta a mi saludo con la mano: NO REACCIÓN – NADA!!!!! Por supuesto, giro la cabeza para verlo más tiempo. ¡Qué hombre! Te dejo sacar tus deducciones. Hablamos luego. Me flipa...