Fort Bragg - Gualala

Highway 101 Hasta ahora, toda la ruta seguía o estaba paralela a la 101. En Oregón estaba bien, poco tráfico y un arcén ancho para andar en bicicleta. En California, ese arcén es mucho más estrecho o incluso no existe, y el tráfico se vuelve gradualmente más intenso. La autopista también cambia a freeway, de dos carriles a cuatro, y se maneja a más de 100 km/h. En general, los conductores respetan a los ciclistas (excepto algún camper), pero muchos coches hacen un gran ruido al pasar, aproximadamente el doble que un camión grande. Esto se debe a que muchos americanos conducen pickups y vans grandes, a veces con neumáticos enormes y motores V8, lo cual genera un ruido increíble. Por suerte, desde hoy puedo cambiar a la Highway 1, que me lleva de nuevo a la costa y es mucho más tranquila. Desde Leggett se sube a través de un bosque precioso, y prácticamente no hay coches todo el día. Llevó muchos días sin hacer fotos porque lleva lloviendo todo el día. Además de enormes coníferas como secuoyas y abetos Douglas, aquí también hay muchos eucaliptos. Al ir en bici se disfrutan todos los olores, especialmente en primavera cuando todo florece.

Paso por el pueblo de Westport, donde hay un hotel pequeño y restaurado estupendamente que sirve café rico y comida orgánica, ¡delicioso! Finalmente llego a un pueblo un poco más grande, Fort Bragg, donde vuelvo a obtener descuento en un motel. Me quedo aquí dos días, todavía llueve mucho, y la previsión es que seguirá así un par de días más. Tengo un día de reserva y lo usaré aquí como día de descanso, porque aquí quizá haya algo que hacer. Todos los pueblos que encuentras por la costa en la bici son muy pequeños, no hay mucho que hacer. La llegada a San Francisco será un gran cambio.

La gente Hasta ahora, la gente es amable, curiosa y servicial. Eso es lo bueno de viajar por EE.UU. En esta región por donde paso, solo ves al clásico americano blanco, y muy de vez en cuando a un negro o latino, a veces a un asiático. Aunque en todo EE.UU. viven unos 35 millones de mexicanos y 30 millones de personas negras. También están presentes, pero aparentemente no en esta esquina del noroeste del país. En lo que sí son malos es en el consumo de energía. Todas las calefacciones son eléctricas (no parece muy eficiente) y los coches son todos enormes, la mitad de los coches particulares son pickups, camiones o vans. Los coches normales también tienen motores grandes, preferiblemente V6 de 3 litros o más, sí, muy eficientes. Además, la gente aquí se pone rápidamente paranoica o nerviosa, mira las noticias sobre la fiebre porcina mexicana, aquí es "breaking news" cada día.

Un día de descanso en Fort Bragg, donde no hice nada porque llovió y había viento fuerte. Excepto pasar mucho tiempo en la cafetería local, que es como la sala de estar de Fort Bragg. Allí se encuentra todo el mundo y tuve contacto con muchas personas, por eso estuve horas allí. Por la noche comí japonés de nuevo, así que recargué energías.

Lluvia Sí, fue una pena, he pedalado 6 días seguidos bajo la lluvia, y llega un momento que cansas. La costa debe ser bonita aquí con panorámicas salvajes, pero apenas ves nada así. Tengo buena ropa impermeable, pero después de unas horas también estás empapado por dentro. Por eso busco el lujo de los moteles para dormir, sí, qué lujo.

Por el turístico pueblo de Mendocino sigo hacia Gualala. No hay mucho que ver con esta lluvia, así que poca cosa que contar. Pero esta es una zona elegante, lo notas en los precios de los moteles, que son más altos (80 dólares o más). El último día de lluvia pedaleo de Gualala a Jenner, todos son pueblos muy pequeños con pocos cientos de habitantes. En el camino me encuentro regularmente con otro ciclista, Rudiger, un alemán que también va hacia el sur. Muy agradable, a menudo nos despedimos y nos volvemos a ver al día siguiente. Muy bien. En Jenner viven 170 personas, no hay mucho que hacer, pero tienen un restaurante indio! Eso sí es especial. Comí bien allí, pero no podía entender por qué esos chicos acabaron en ese pequeño pueblo. Al final del día, alrededor de las 5 por fin dejó de llover y tuve suerte de ver en la desembocadura del río Russian una gran colonia de focas con varias crías. Eso fue un aliciente después de 6 días sin ver fauna.