Baća se vraća

No habíamos hecho la subida al cerro antes de la Villa Gavrilović. No tenía sentido. Podemos subirlo en bicicleta (como ya constatamos varias veces), pero nos reservamos para la subida a Hrastovica porque no habíamos rodado durante un tiempo. Desde mi lado, la subida a Hrastovica fue bastante bien y sin paradas. Una subida continua desde la base hasta la cima. Baća tuvo un breve descanso a mitad de la subida, y yo continué. Llegó a la cima 15 minutos después de mí. Dice que en un momento 'se perdió un poco'. Por alguna razón se salió del camino principal y tomó uno de los caminos del bosque. Pronto se dio cuenta de su error y regresó al camino principal. Descansamos unos 10 minutos en una caseta cerca del punto de giro y luego seguimos hacia el mirador. El camino al mirador estaba embarrado y lleno de hojas, lo que hacía que las hojas se pegaran al barro en las ruedas y se metieran en la horquilla bloqueando la rueda delantera. Lo mismo ocurría con la rueda trasera: hojas, ramas y barro creaban un atasco en el cambio de velocidades. Por eso, en algunas partes empujamos las bicicletas, parábamos a limpiar, etc. El resto del camino, cuesta abajo hacia Pecki, fue mucho mejor y el descenso se hizo sin problemas. Baća se cayó de la bici encima de Gornja Bačuga, pero hay que entenderlo: el freno delantero estaba demasiado apretado y él escuchaba música inspiradora para el descenso y se emocionó. El santuario mariano fantasmal, el monumento o lo que sea en Pecki le recordó a Baća, y también a mí, a México. Intenté trepar una roca que se erguía sobre María, pero estaba demasiado frágil. El resto del camino transcurrió sin retrasos importantes, excepto cuando Baća quiso fumar un cigarrillo. Una gran ruta, un gran día.