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Esta vez no subimos desde Valloire por el Col du Galibier, aunque sería una opción, sino que desde Valloire, tras una breve ascensión, regresamos al Col du Télégraphe y descendemos por la maravillosa carretera hacia St. Michele de Maurienne. Tras otros 15 km cuesta abajo, en St. Jean de Maurienne giramos en dirección al Col de la Croix de Fer. Justo después del pueblo, la cresta de la montaña se eleva y la carretera se ciñe a ella. Tras un corto descenso, volvemos a ascender aproximadamente un 10 % antes de que se abra el valle que hay detrás. Pasando por la pequeña estación de esquí de St. Jean d’Arves, subimos luego por una empinada ladera en curvas cerradas hasta la cima del Col de la Croix de Fer (2.068 m). Tras unos 30 km de subida y 1.500 m de desnivel positivo, hemos conquistado el puerto. A continuación, después de un descenso de aproximadamente 1 km, llegamos al Col du Glandon (1.924 m). Allí hay un restaurante acogedor que invita a descansar. Tras casi 30 km de descenso, llegamos al valle poco antes de Le Bourg-d’Oisans. Justo después de este lugar comienza la legendaria subida de unos 14 km a Alpe d’Huez. Un 'must' para cualquier ciclista de carretera. Incontables veces los participantes del Tour de Francia han sufrido en esta montaña, la montaña de las montañas. Y nosotros también queremos probar suerte, aunque el tiempo legendario de Marco Pantani, con unos 37 minutos (en 'modo dopaje'), probablemente siempre esté fuera de nuestro alcance. Para nosotros es una sensación genial subir los 1.100 m de desnivel entre los eslóganes de ánimo pintados en la carretera durante el Tour. Los primeros 4 km de la subida tienen hasta un 12 % de pendiente y, generalmente bajo un calor abrasador, nos exigen mucho. Después, la pendiente se suaviza al 7-8 % y pronto podemos ver la estación de esquí en lo alto. Felices pero agotados, llegamos a Alpe d’Huez a 1.800 m de altitud. Tras uno o dos panachés (Radler), bajamos a toda velocidad al valle, dejando atrás a más de un conductor. Al llegar abajo, cargamos las bicicletas y viajamos en autobús sobre el paso de Lautaret hasta Briançon, nuestro lugar de etapa (la ciudad más alta de Europa Central a 1.300 m de altitud, con unas 300 jornadas de sol al año, merece una visita).