NR330: Niederrheintour zum Ooij-Polder und durch die Düffel

Comenzamos en la estación de tren de la Draisine de la frontera en Kranenburg y primero nos dirigimos hacia el norte a la Düffel, parte de la reserva natural "Düffel - Altrhein de Kellener y marismas fluviales".

La Düffel se encuentra en las marismas del Rin y antiguamente era inundada regularmente por el Rin. Las crecidas del Rin enriquecieron constantemente el pobre suelo arenoso con sedimentos del río. Para poder aprovechar el fértil suelo de la Düffel, el área fue desecada y protegida por diques (polder). Para proteger el valioso terreno de la erosión eólica, los agricultores plantaron setos de espino blanco, que todavía son comunes y proporcionan un importante refugio para diversas especies de aves cantoras. Aquí y en diversos humedales se pueden encontrar muchas especies de aves que han reducido su población. Durante los meses de invierno, los gansos salvajes nórdicos utilizan la Düffel como lugar de descanso y hibernación.

Poco antes de la frontera entre Alemania y los Países Bajos, llegamos a Zyfflich, ubicado sobre un alargado espolón de arena. La Düffel fue hasta principios del siglo XIX el hogar de una fuerte población de cigüeñas blancas. La agricultura extensiva y el drenaje del suelo hicieron que las cigüeñas abandonaran la Düffel. Solo 50 años después regresaron, una vez que se construyeron algunos nidos en Zyfflich. Hoy en día, las cigüeñas se sienten tan cómodas en Zyfflich que algunas de ellas ni siquiera migran en invierno hacia el sur de Europa y el norte de África, sino que se quedan aquí. Esto le valió a Zyfflich el apodo de "pueblo de cigüeñas". Un lugar atractivo aquí, además de los nidos de cigüeña, es la antigua iglesia de San Martín, una iglesia de canónigos del siglo XI.

Dejamos el pueblo de las cigüeñas y seguimos hacia el Rin. Poco después cruzamos la frontera y llegamos al "Molino Thorn" en el Polder de Ooij. El molino de kokers de 500 años fue totalmente destruido a finales de la Segunda Guerra Mundial y reconstruido recién en 2015. En el terraplén del molino hay un restaurante moderno con vistas a la Düffel.

Alrededor de la duna evitamos el pueblo de Ooij y llegamos a la Waal, uno de los brazos de desembocadura del Rin (en neerlandés, Rijn). Desde el terraplén se puede disfrutar de espectaculares vistas del río y las marismas fluviales, llenas de aves acuáticas, cigüeñas y una manada de caballos Konik.

En Kekerdom, en el interior de una curva de la Waal, encontramos la Millingerwaard. El antiguo dique de verano fue eliminado, de modo que esta área se inunda con cada crecida, aliviando así al río. Las tierras agrícolas que originalmente eran utilizadas fueron renaturalizadas. Así, la Waard recuperó su antiguo aspecto y función con sus dunas fluviales y brazos antiguos. Herbívoros como las vacas Galloway y los caballos Konik aseguran una flora equilibrada. Al mismo tiempo, se han introducido castores y gradualmente han regresado más especies de animales y plantas. Se espera que pronto también regresen aquí las raras águilas pescadoras. Una serie de caminos para bicicletas y senderos atraviesan la Waard, y un acogedor jardín de té invita a quedarse. Por lo tanto, una visita a esta impresionante reserva natural es sin duda recomendable.

Poco después de la Millinger Waard, reconocemos al otro lado del río el Nederrijn que se separa, y así comenzamos el delta del río. Por lo tanto, río arriba se vuelve a hablar del Rin (en neerlandés, Rijn). Ahora estamos en Millingen aan de Rijn, un pequeño municipio neerlandés en la zona de frontera entre los Países Bajos y Alemania. A la salida de Millingen cruzamos la frontera y nuevamente estamos en Alemania. A través de Keeken llegamos a Düffelward. Si se utiliza la cima del dique en lugar de la ruta ciclista a lo largo de la carretera, se tiene una hermosa vista de Düffelward hacia el otro lado del Rin con la península de Salmorth y el pequeño pueblo de Schenkenschanz.

Aquí en Düffelward dejamos el Rin y cruzamos nuevamente la Düffel en dirección sur. Detrás de Mehr llegamos al Kranenburger Bruch, una de las últimas grandes ciénagas en la parte inferior del Niederrhein. El uso agrícola durante años ha creado una variedad de hábitats que hoy benefician a muchas especies de insectos, anfibios, aves y plantas. El variado paisaje pantanoso se extiende hasta el límite de Kranenburg, el punto de partida de este recorrido en bicicleta.

Antes de emprender el camino a casa, definitivamente debemos dar un pequeño paseo por el casco histórico con el Museo Katharinenhof, el granero municipal y el torreón del molino, el símbolo de Kranenburg.